Todo empieza y termina con un viaje. Viajamos hacia un mundo desconocido al nacer. Crecemos viajando de estación en estación, de puerto en puerto. Compartiendo historias y viajes con quienes desean hacerlo con nosotros.
Hay viajes solitarios, viajes multitudinarios. Viajes truncados y otros interminables.
Hay compañeros de viaje que se quedan, otros que abandonan el vagón.
Pero el viaje continúa, la vida sigue.
Y un día, de repente, llegas a una estación de la que no quieres partir. Porque aquel viajero discreto, que pasaba desapercibido, se toma un café contigo. El café con mejor sabor, con mejor olor. El café que te evoca recuerdos de infancia. Que te hace soñar con viajes maravillosos.
Bienvenidos a mi tren, a mi viaje….os invito a un café.